La semana pasada, después de hacer la correspondiente cola en la caja del super, me agacho para empezar a depositar mi compra en la cinta y ... zas!!!! una señora (mayor, incluso más que yo) lanza su bolsita con pescado por encima de mi cabeza, como queriendo significar que ella está por delante de mi y me dice:
- ¡Es que tengo prisa! ¡Tengo turno en la peluquería!
Mi respuesta fue rápida y educada:
- ¡Lo siento señora, yo también tengo prisa ,,, tengo que llegar al almuerzo antes de las 12 para coger la oferta!
Un poco ofendida me respondió:
- ¡Ah, bueno! ... ¡si tiene prisa!